Estas organizaciones representan a una parte muy significativa del tejido industrial español vinculado a la moda, el textil y el hábitat. Según datos del INE de 2022, este conjunto de industrias alcanzó una facturación superior a los 30.000 millones de euros, generando más de 210.000 empleos directos, con más del 95 % conformado por pymes de carácter familiar.
Además de compartir rasgos estructurales, estas industrias coinciden en retos estratégicos comunes como la necesidad de avanzar en tamaño empresarial, competencias y mercados, en competitividad tecnológica y en circularidad.
Texfor forma parte del Observatorio del Textil y la Moda a través del Consejo Intertextil Español – CIE.
El Proyecto de Ley de Industria introduce conceptos como los ecosistemas, los proyectos y retos estratégicos, y la reserva de capacidades industriales críticas. En este último marco deberían integrarse las actividades de la industria textil, calzado y confección vinculadas a la salud, la defensa o la protección europeas.
Desde principios de febrero, se están trasladando propuestas de enmienda a los grupos políticos representados en la Comisión de Industria del Congreso. Estas enmiendas buscan revisar, reforzar o enriquecer el articulado de la ley en aspectos clave como:
Las organizaciones proponentes consideran que esta Ley debería enmarcarse dentro de un conjunto más amplio de medidas de política industrial, que ayuden a mejorar la competitividad de la industria española en el actual contexto de reconfiguración de las cadenas globales de valor. Para ello, abogan por la creación de un Pacto por la Industria, basado en dos grandes ejes:
Entre las medidas que se apuntan —a nivel nacional y europeo— para avanzar en esa doble dirección, destacan:
Se reclama, además, un marco empresarial estable que promueva la inversión, con seguridad jurídica, agilidad normativa y menores cargas fiscales y operativas. A esto se suma la necesidad de infraestructuras europeas integradas (transporte, digitalización y energía), que eliminen los actuales cuellos de botella y generen un ecosistema energético adaptativo, clave para atraer nuevas capacidades industriales, incluida la del procesamiento básico.
También se propone avanzar en un mercado único más armonizado, con una defensa real de la propiedad intelectual y un mayor control sobre las importaciones —incluida a través de paquetería.
Y se considera imprescindible que las políticas de circularidad refuercen el desarrollo de un mercado europeo de materias primas secundarias, eficiente y competitivo, basado en economías de escala y aprendizaje tecnológico.
La reciente publicación del Clean Industrial Deal (26 de febrero) refuerza muchas de estas líneas de trabajo. El documento aboga por:
Continuamos trabajando para que el marco normativo recoja la realidad y el potencial de un sector clave para la economía productiva de nuestro país. La construcción de una política industrial ambiciosa, alineada con los retos europeos y con visión de largo plazo, será fundamental para impulsar la competitividad, sostenibilidad y resiliencia del ecosistema textil y moda.
A través de la colaboración con otras entidades estratégicas y el diálogo con las administraciones públicas, reafirmamos nuestro compromiso con una industria que no solo es parte del tejido económico, sino también parte activa de la solución a los grandes desafíos globales.